Cómo se casaban los Aztecas: el matrimonio azteca según la tradición ancestral

El matrimonio azteca era un rito nupcial bien establecido. Los padres del novio tenían el poder de concertar el matrimonio y solicitaban la mano de la novia. Después de obtener el consentimiento, se fijaba la fecha de la boda. Durante la ceremonia, los novios daban vueltas alrededor del fuego, quemando incienso y haciendo obsequios mutuos. Tras la ceremonia, se llevaba a cabo un banquete y los novios permanecían en penitencia durante cuatro días. En la sociedad azteca, la poligamia era permitida y las mujeres tenían ciertos privilegios, incluyendo la posibilidad de solicitar el divorcio en casos específicos.

Índice
  1. Matrimonio azteca: Tradición y ritual
    1. Edades recomendadas para el matrimonio
    2. La solicitud de mano por parte de los padres del novio
    3. Obtención del consentimiento y fijación de la fecha de la boda
    4. La llegada de la novia y la ceremonia
  2. El banquete y la celebración
    1. El banquete y los obsequios mutuos
    2. La danza y las actividades festivas
  3. Los días posteriores a la boda
    1. Penitencia, ayuno y oración a los dioses
    2. Los lechos preparados por los sacerdotes
    3. Los regalos para los invitados
  4. Poligamia y privilegios de la mujer azteca
    1. La poligamia permitida, con prioridad para la primera esposa
    2. El divorcio y las opciones para las mujeres

Matrimonio azteca: Tradición y ritual

El matrimonio azteca se regía por un rito nupcial establecido y poseía una serie de tradiciones y rituales que le conferían un carácter sagrado. A continuación, descubriremos las diferentes etapas y prácticas que conformaban este importante evento en la sociedad azteca.

Edades recomendadas para el matrimonio

Según la tradición azteca, existía una edad recomendada para contraer matrimonio. En el caso de los hombres, se esperaba que alcanzaran los 22 años, mientras que para las mujeres se consideraba adecuado que contrajeran matrimonio entre los 17 y 18 años de edad. Estas edades buscaban asegurar la madurez suficiente para asumir las responsabilidades del matrimonio.

La solicitud de mano por parte de los padres del novio

En la cultura azteca, era responsabilidad de los padres del novio solicitar formalmente la mano de la novia. Esta solicitud se realizaba directamente a los padres de la novia, quienes tenían la potestad de aceptar o rechazar la propuesta matrimonial. En un primer intento, se esperaba una respuesta negativa de la novia como muestra de dignidad. Posteriormente, se daba una segunda oportunidad para consultar directamente a la novia antes de tomar una decisión final.

Obtención del consentimiento y fijación de la fecha de la boda

Una vez obtenido el consentimiento de la novia y de sus padres, se procedía a fijar la fecha de la boda. Esta fecha era acordada por ambas familias y marcaba el inicio de los preparativos para la celebración. Era un momento de gran alegría y expectativa tanto para los novios como para sus seres queridos.

La llegada de la novia y la ceremonia

El día de la boda, la novia era llevada a la casa del novio en medio de una gran pompa y alegría. El novio, acompañado por sus padres, salía a recibir a la novia con un incensario en las manos. Además, personas portando hachas encendidas acompañaban este cortejo nupcial. Una vez en la casa del novio, se realizaba una ceremonia donde los novios se ubicaban cerca de un fuego sagrado. Se llevaban a cabo diversas prácticas rituales, como dar vueltas alrededor del fuego y realizar obsequios mutuos, en medio de cánticos y oraciones a los dioses aztecas.

El banquete y la celebración

El banquete era una parte fundamental del matrimonio azteca y representaba la celebración de la unión sagrada entre los novios. Durante este festín, los esposos se entregaban mutuamente alimentos como símbolo de amor y compañerismo.

 

El banquete y los obsequios mutuos

 

En el banquete, los novios se sentaban en una estera en medio de la habitación para compartir la comida. En un acto de generosidad y afecto, se daban de comer mutuamente como muestra de unión y respeto. Este gesto simbolizaba la responsabilidad compartida y el compromiso de sustentarse mutuamente a lo largo de sus vidas.

Además de la comida, también se realizaban obsequios mutuos entre los esposos. Estos regalos representaban muestras de respeto y afecto, y podían ser artículos decorativos, joyas o cualquier otro objeto de valor simbólico. A través de estos obsequios, los novios demostraban su gratitud y amor mutuo.

 

La danza y las actividades festivas

 

Durante el banquete, era común que los invitados salieran al patio a bailar y participar en distintas actividades festivas. La danza era una forma de celebración y expresión de alegría, y en esta ocasión adquiría un significado especial al acompañar al matrimonio.

Los invitados, especialmente cuando habían bebido pulque, una bebida fermentada de maguey, se entregaban al baile como muestra de disfrute y festejo. La música y los instrumentos tradicionales acompañaban estos momentos, creando un ambiente festivo y alegre.

  • Los esposos celebraban su unión a través del banquete y los obsequios mutuos.
  • En el banquete se compartían alimentos como símbolo de amor y compañerismo.
  • Los novios se daban de comer mutuamente en un acto de generosidad y compromiso.
  • Se intercambiaban obsequios como muestras de respeto y afecto.
  • La danza y las actividades festivas eran parte integral de la celebración del matrimonio.
  • Los invitados salían al patio a bailar y disfrutar de la música.
  • El pulque, bebida tradicional, se compartía durante la celebración.

Los días posteriores a la boda

Después de la ceremonia de matrimonio azteca, los novios entraban en un periodo de dedicación y espiritualidad durante los días posteriores. Estos días estaban llenos de penitencia, ayuno y oración a los dioses, marcando un tiempo sagrado en la vida de la pareja.

Penitencia, ayuno y oración a los dioses

Durante los días que seguían a la boda, los novios se apartaban del mundo exterior y se concentraban en su conexión con lo divino. Como parte de este periodo, realizaban penitencia y ayuno como una manera de purificación y devoción.

Los novios se mantenían en un estado de recogimiento, evitando distracciones mundanas y dedicando su tiempo a la oración. A través de las plegarias dirigidas a los dioses aztecas, buscaban la bendición divina para su unión y el inicio de una vida en común llena de felicidad y prosperidad.

Los lechos preparados por los sacerdotes

Los sacerdotes desempeñaban un papel importante en los días posteriores a la boda de los aztecas. Se encargaban de preparar los lechos en los cuales los esposos pasarían su tiempo de penitencia y oración.

El lecho del novio era adornado con plumas, símbolo de energía y vitalidad, mientras que el de la novia se embellecía con una piedra preciosa, representando su belleza y valor. Estas decoraciones eran el reflejo de la importancia y el honor otorgado a la pareja recién casada.

Los regalos para los invitados

Como parte de la celebración de la boda azteca, se otorgaban regalos a los invitados como muestra de agradecimiento por su presencia y para celebrar el inicio de la vida conyugal de los esposos.

Estos regalos podían variar, desde objetos preciosos hasta alimentos y bebidas. Se buscaba honrar a los invitados y resaltar la generosidad y la riqueza de la pareja. La distribución de estos obsequios también fortalecía los lazos familiares y sociales, construyendo una red de apoyo y reconocimiento mutuo.

  • Penitencia, ayuno y oración a los dioses
  • Los lechos preparados por los sacerdotes
  • Los regalos para los invitados

Poligamia y privilegios de la mujer azteca

La sociedad azteca permitía la práctica de la poligamia, especialmente entre los nobles y las clases altas. Sin embargo, existían ciertas normas y protocolos a seguir. La principal de ellas era que la primera esposa tenía prioridad sobre las demás esposas del marido. Esta primera esposa gozaba de un estatus especial y era la encargada de liderar el hogar y de ocupar un lugar prominente en la sociedad.

La poligamia permitida, con prioridad para la primera esposa

La poligamia era considerada como un símbolo de status y poder dentro de la sociedad azteca. Los hombres, principalmente los nobles, tenían la posibilidad de casarse con varias mujeres, siempre y cuando pudieran asegurar su bienestar y satisfacer las necesidades de todas ellas. La primera esposa ocupaba una posición destacada, siendo reconocida como la principal y la más importante de todas las esposas. Esta posición le otorgaba ciertos privilegios y derechos que las otras esposas no tenían.

La primera esposa era la encargada de liderar el hogar y tomar decisiones importantes en la familia. Tenía el poder de organizar y administrar los recursos del hogar, así como de establecer normas y reglas para las demás esposas. Además, se le otorgaba el derecho de prioridad en cuanto a la intimidad con el marido y de tener descendencia legítima. Su posición era respetada y reconocida por el resto de la sociedad azteca.

El divorcio y las opciones para las mujeres

En la sociedad azteca, las mujeres también tenían ciertos privilegios y derechos en relación al matrimonio. En caso de esterilidad o negligencia por parte del marido en el cumplimiento de sus deberes, las mujeres tenían la opción de solicitar el divorcio. Este derecho les permitía liberarse de una unión infeliz o insatisfactoria y buscar una mejor opción para su vida.

En el caso de una mujer divorciada, ella tenía la libertad de casarse con cualquier persona, sin restricciones. Sin embargo, en el caso de enviudar, existía una práctica generalizada en la que la viuda debía casarse con un hermano del difunto esposo. Esta práctica tenía como objetivo preservar la relación y la conexión familiar, asegurando la protección y el bienestar de la viuda.

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